En el enrarecido mundo de los artículos de lujo, pocos nombres poseen el mismo nivel de reverencia y misticismo que Goyard. Fundada en 1792, esta venerable casa francesa ha sido durante mucho tiempo la opción de los caballeros exigentes que evitan los logotipos ostentosos en favor de los Lujo discreto.
Sin embargo, para muchos, los exorbitantes precios de las creaciones de Goyard (que a menudo alcanzan decenas de miles de libras) plantean una pregunta pertinente: ¿por qué son tan caros los bolsos Goyard?
Comprender el fenómeno Goyard es adentrarse en un mundo donde la tradición se encuentra con la exclusividad, donde la artesanía se eleva a la categoría de arte y donde el concepto de lujo se redefine.
No se trata simplemente de tener un bolso; se trata de poseer un pedazo de historia, un símbolo de discernimiento y un testimonio del gusto refinado de uno.
La artesanía de Goyard que abarca dos siglos
La historia de Goyard comienza en 1792 cuando Pierre-François Martin fundó la Casa Martin, especializada en la fabricación de cajas, baúles y embalajes.
El nombre de la empresa cambió a Goyard en 1853 cuando François Goyard adquirió el negocio del sucesor de Martin.
Esta rica herencia, que abarca más de dos siglos, es un factor clave en el prestigio de la marca y, en consecuencia, en su precio.
A diferencia de muchas marcas de lujo que han sucumbido a la producción en masa y al comercio público, Goyard sigue siendo ferozmente independiente.
La empresa es propiedad de la familia Signoles desde 1998, lo que le permite mantener sus métodos de fabricación tradicionales y su distribución exclusiva.
Este compromiso con la herencia y la independencia se refleja en cada puntada y sello de un producto Goyard.
La exclusividad de Goyard
Goyard no hace publicidad, rara vez concede entrevistas y, hasta hace poco, ni siquiera tenía una plataforma de comercio electrónico.
Esta elusividad deliberada crea un aura de misterio y exclusividad que atrae a aquellos que saben.
La tienda insignia de la marca en la rue Saint-Honoré de París ejemplifica este enfoque.
Sin escaparates y con una fachada sin ningún distintivo, contrasta marcadamente con las ostentosas exhibiciones de las boutiques de lujo vecinas.
Esta presencia discreta se extiende a su número limitado de tiendas en todo el mundo (solo 35 en 2023), lo que mejora aún más la exclusividad de la marca.
La fabricación de un bolso Goyard
En el corazón de los elevados precios de Goyard se encuentra su compromiso inquebrantable con la artesanía tradicional.
Cada pieza está meticulosamente elaborada a mano en sus talleres de Carcassonne, Francia.
El proceso de creación de un solo bolso puede llevar varios días y artesanos expertos supervisan cada paso de la producción.
El lienzo Goyardine, característico de la marca, introducido en 1892, es un excelente ejemplo de esta artesanía.
El lienzo presenta un patrón distintivo de puntos y rayas que forman Y, que están pintadas a mano utilizando una técnica ancestral.
Este proceso solo puede tomar hasta cinco días para una sola bolsa, lo que contribuye significativamente a su costo.
Goyard utiliza los mejores componentes que el dinero puede comprar
El compromiso de Goyard con la calidad se extiende a la elección de los materiales. La marca utiliza únicamente el cuero más fino, que normalmente procede de ganado joven francés, conocido por su flexibilidad y durabilidad.
Los herrajes están hechos de latón bañado en oro o paladio, materiales elegidos por su resistencia al deslustre y al desgaste.
Incluso el hilo utilizado en los productos Goyard es de una calidad excepcional.
La marca emplea hilo de lino, conocido por su fuerza y resistencia al estiramiento, lo que garantiza que cada puntada mantenga su integridad durante años de uso.
Estos materiales de primera calidad, si bien contribuyen a la longevidad del producto, también inciden significativamente en su precio.
Bolsos personalizados de Goyard
Goyard ofrece un nivel de personalización incomparable, permitiendo a los clientes crear piezas verdaderamente únicas.
Desde monogramas pintados a mano hasta combinaciones de colores personalizadas, las posibilidades son prácticamente infinitas.
Este servicio, que puede tardar semanas o incluso meses en completarse, lo llevan a cabo artesanos especialmente capacitados en el taller de personalización de Goyard en París.
El coste de la personalización puede ser sustancial, a menudo duplicando o triplicando el precio del artículo base.
Por ejemplo, un monograma sencillo comienza en 200 dólares (aproximadamente 150 libras esterlinas), mientras que diseños más elaborados pueden llegar a costar miles de libras.
Este nivel de personalización no sólo aumenta el coste sino también la exclusividad y el valor personal de cada pieza.
Los bolsos Goyard se aprecian
A diferencia de muchos artículos de lujo que se deprecian rápidamente, los bolsos Goyard a menudo conservan o incluso aumentan su valor con el tiempo.
Esto se debe en parte a su producción limitada y en parte a su durabilidad. Un bolso Goyard bien cuidado puede durar décadas, lo que lo convierte no solo en una compra, sino en una inversión.
En el mercado secundario, se sabe que algunas piezas de Goyard han alcanzado precios significativamente superiores a su valor de venta original. Por ejemplo, un baúl Goyard antiguo se vendió en una subasta por 145,000 € en 2007.
Si bien no todas las piezas experimentarán una apreciación tan espectacular, el potencial de retención de valor agrega una dimensión adicional al atractivo de la marca y justifica su alto costo inicial para muchos compradores.
El discreto poder estelar de Goyard
A pesar de su falta de marketing abierto (o quizás debido a ella), Goyard se ha convertido en un favorito entre las celebridades y la realeza.
La marca ha sido vista en los brazos de personalidades que van desde la duquesa de Sussex hasta Kanye West.
Sin embargo, a diferencia de otras marcas de lujo que buscan activamente el respaldo de celebridades, Goyard mantiene una política de discreción y nunca confirma oficialmente su famosa clientela.
Esta sutil asociación con las altas esferas de la sociedad aumenta el atractivo de Goyard sin comprometer su exclusividad.
Es un equilibrio delicado que pocas marcas logran alcanzar y que contribuye significativamente al valor percibido de los productos Goyard.
Cómo se posiciona Goyard frente a otras marcas de lujo
En comparación con otras marcas de lujo, la estrategia de precios de Goyard se vuelve aún más intrigante.
Mientras que un Louis Vuitton Keepall 55 se vende por alrededor de 2,000 dólares (alrededor de 1,580 libras esterlinas), su equivalente Goyard, el Boeing 55, comienza en 3,500 dólares (alrededor de 2,705 libras esterlinas).
Esta diferencia de precio es aún más pronunciada en el ámbito de los baúles, donde una pieza Goyard puede alcanzar fácilmente cinco o seis cifras.
Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que los precios más altos de Goyard no son simplemente una estrategia de marketing.
Reflejan el compromiso de la marca con la artesanía tradicional, la producción limitada y la distribución exclusiva, factores que la diferencian de muchos de sus competidores que han adoptado estrategias más comerciales.
¿Vale la pena invertir en un bolso Goyard? – El veredicto
Si valora la artesanía, la exclusividad y el lujo discreto, la respuesta es sí. Una pieza Goyard es más que un simple bolso: es una declaración de discernimiento, un guiño a la tradición y, potencialmente, una inversión inteligente.
Sin embargo, es esencial abordar dicha compra con una comprensión clara de lo que uno está pagando.
El valor de un bolso Goyard no reside en logotipos llamativos ni en campañas publicitarias, sino en su calidad, su tradición y el sutil mensaje que transmite. Para el caballero que aprecia estas cualidades y tiene los medios para disfrutarlas, un bolso Goyard puede valer cada centavo de su considerable costo.
Al final, el verdadero lujo de Goyard no reside solo en sus productos, sino en la elección que ofrece: la elección de optar por la calidad en lugar de la cantidad, la discreción en lugar de la ostentación y la elegancia atemporal en lugar de las tendencias pasajeras. Y para muchos, esa elección no tiene precio.